Cuanto más te acercas, más duele tu ausencia
Bajo mi apariencia de serenidad, bajo mi aspecto de buen chico -el mismo que algunos utilizan humoristicamente-, bajo este aparente mar en calma, cohabita mi parte más oculta. Guardada en la oscuridad se encuentra una sensibilidad que se desgarra, se encuentra demasiado a flor de piel. Más propia -pienso- del lado femenino, este conflicto de identidad hace aguas mi espíritu por los cuatro costados.
Cual sempiterno vigilante nocturno, brego fuerte en la lucha por no mostrar la menor debilidad, a pesar de taladrarme sin descanso. ¿Por qué callarme? ¿Por temor a volcar mis -frecuentes, siempre en soledad- lágrimas en quien no puede aliviar mi sinvivir? ¿O tal vez por no odiarme, sintiéndome ridículo al relatar que me deshago por un gesto, por una caricia, una sonrisa? Son esas pequeñas -grandes- cosas, las que consiguen humedecer mis pupilas con inusitada frecuencia.
Siento que he perdido algo en el camino, no logro encontrar la armonía espiritual de quien alberga una evidente coherencia entre su ser y su entorno. Siento como si me faltara una pierna, o un brazo, o más bien una costilla...
Ya no me sirve sentir cariño, tener a mi alrededor a las geniales criaturas con las que comparto algo más que menesteres laborales... No, ya no alivia lo suficiente. Lo siento, pero no, necesito algo más. Puedo seguir siendo ese buen amigo, ese legal tio en el que se puede confiar... en otras palabras, ese jodido hipócrita que traga con el costumbrismo ajeno con buena cara al peor tiempo, que se hace cruces y simula ser insensible al veneno de los dardos que el temporal descarga, día sí y noche también. Puedo seguir, si... pero, por cuanto tiempo?? Cuanto resistiré sin explotar en mil envenenados pedazos??
Pero no quiero compasión ajena, tan sólo me pregunto si serviría de algo soltar todo esto que llevo dentro, antes de que acabe conmigo y con mis ilusiones. Porque, ¿qué sería de nosotros sin ilusiones por cumplir? Este tema es muy serio, demasiado importante como para encontrar las palabras que estén a la altura de lo que siento dentro de mi. Creo que en el fondo lo que tengo es MIEDO.
Sí, miedo por sentir diferente del resto, miedo por vivir en otra edad distinta a la mía, por tener la bisoñez de un adolescente y tratar de que no se note demasiado, miedo a no ser lo bastante para nadie y a quedarme solo de por vida, miedo a que me dejen, miedo a hacer daño y a que me lo hagan, miedo a comprometerme en algo de lo que pueda arrepentirme después............
Y mientras el tiempo pasa, y cada día duele más vivir así.