Touché!
Habían transcurrido cinco minutos en absoluto silencio. Ella estuvo sentada, mordisqueando una manzana que había traido como merienda, hasta que se levantó. Paseaba por la sala como si de una invitación visual se tratase. Cuando acabó con la manzana, la echó a la basura y se dirigió a la máquina para sacar algo más. Escogió una bolsa de saladitos. Cuando recogió el cambio, volvió a la mesa de al lado y mientras se sentaba, pregunté:
U.- Te ha dado bien el cambio la máquina?
P.- Si... vamos, creo que si, a ver... tengo aqui veinte... treinta... cuarenta... y cuesta sesenta, o sea que sí, me lo ha dado bien.
U.- Ah, vale... es que a mi antes me ha devuelto mal el cambio, sólo era por saber si ya lo daba bien o qué.
P.- Ya... es que casi te cuesta más tener que reclamarlo que el dinero que es, verdad?
U.- Si... es como las reclamaciones que les hacemos a los clientes.
Por supuesto, antes de ella yo no habia sacado nada de la máquina....... ^_^
Fue lo único que se me ocurrió para hablar con ella. Tenía que aprovechar la ocasión, ella y yo solos en la sala de descanso, sin nadie molestando. Antes había pensado decirle algo sobre sus zapatillas deportivas, pero... no lo veia claro, no iba a saber seguir la conversación y además la excusa estaba muy vista. Por suerte, se me ocurrió lo de la máquina. Entonces, sentí que tenía que hacerlo... y me atreví.
Y así comenzó una amena conversación, no recuerdo cuanto duró, pero apostaría a que superó los diez minutos, -lo cual teniendo en cuenta el limitado tiempo con el que contamos para descansar, es todo un logro-. Y es que ambos estabamos a gusto, sentí que ella no hablaba conmigo por compromiso, sino que se encontraba realmente a gusto, pese a lo reservada que aparenta ser. Me preguntaba sobre lo que yo sabía sobre los rumores que corren por la plataforma, y no daba crédito a algunos de ellos.
Le pregunté en qué puesto estaba, me dijo que ella está en Negocios y Profesionales -yo estoy en Residencial- y estuvimos hablando sobre las diferencias entre un puesto y otro, sobre el tiempo que llevamos cada uno allí, y qué pasaría si la empresa cerrara. Me pidió que si me enteraba de algo más que se lo contase (dan ganas de sobornar al mismisimo diablo para conseguir más información!! jajajajaja)
Yo hice amago de levantarme, pero qué demonios... si ella aún seguía allí, para qué irme?? Cuando hablas con alguien puedes notar si está realmente interesada en lo que dices. Y ella lo estaba. Luego casi simultaneamente nos levantamos para volver cada uno a nuestro puesto -yo sabia perfectamente donde se sentaba ella, pues no habia podido evitar pasar por allí tres o cuatro veces, tan sólo para verla-. Cuando nos ibamos, saqué mi último As de la manga:
U.- Cómo te llamas?
P.- (ella respondió) P.
U.- Yo soy Unelko. Es por si alguna vez te paso una llamada de Negocios que me entre por error.
P.- Jejeje (sonriendo) Vale, gracias!
Y nos fuimos cada uno por nuestro lado. A partir de ese momento, cada vez que nos cruzaramos por la plataforma ella tendría que saludarme. Había conseguido mi objetivo: establecer contacto con ella.
Y a mi el corazón se me escapaba del pecho..... uuuffff...